Re-emergen las televisiones alternativas y comunitarias en Argentina (Nota sobre los canales comunitarios)
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Re-emergen las televisiones alternativas y comunitarias en Argentina (Nota sobre los canales comunitarios)
Utopías en el aire
Por María Cecilia Fernández
Las otras televisiones narran las historias de aquellos colectivos de personas que en Argentina se lanzaron a la aventura de construir canales de baja potencia promediando los años 80. Criminalizadas y estigmatizadas por ser experiencias “ilegales”, “piratas” y “clandestinas”, las televisiones alternativas, ejercitaron una práctica comunicacional que cuestionó la privatización del espectro radioeléctrico y el modelo unidireccional de la televisión de masa -comercial y estatal. Hoy, luego del agotamiento de aquel fenómeno y bajo un contexto socio-político distinto, pero igual en materia de política comunicacional, surgen proyectos comunitarios e itinerantes de televisión que desafían, una vez más, el poder de crear canales autogestionados por colectivos sociales que apuestan al uso alternativo de los medios técnicos para poner al aire sus propias imágenes audiovisuales. La utopía del canal 4 que transmitió durante siete años en la Ciudad de Buenos Aires, se reactualiza con las experiencias de la TV Piquetera, La Comunitaria Tv de Claypole y TV Libre de La Matanza.
Imágenes de baja potencia
Hacia fines de los años ‘80 proliferaron por todo el territorio nacional unas 3000 emisoras radiales y se crearon en Buenos Aires los primeros canales de televisión de baja potencia. Canal 4 de Alejandro Korn, Guernica, Avellaneda y Canal 5 de Lanús, Moreno, Tigre, Ciudadela, Morón, Adrogué, Villa Lugano y Castelar compartían un transmisor casero de 4 vatios y ejercitaban el derecho al uso de frecuencias en la banda VHF (del canal 2 al 13) que, sin autorización, ampliaban y democratizaban desde abajo el poder de la emisión. La mayoría de estas experiencias fueron criminalizadas por parte del COMFER y la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), sufriendo persecuciones, decomisos y allanamientos al no obtener jamás las licencias que dichos entes exigían -y a la vez nunca otorgaron- además, de la discriminación legal actual -vigencia de la ley de radiodifusión 22.285 promulgada en la última dictadura militar- que niega la posibilidad de crear medios cooperativos y/o sociales, sin fines comerciales.
El fenómeno televisivo de baja potencia surgió con la vuelta a la democracia siendo parte de un proceso de transformación político-social en la sociedad argentina. El imaginario colectivo reclamaba el uso de los medios para la creación de otro tipo de comunicación: participativa y democrática. En la investigación reciente, Una historia de espectros..., Natalia Vinelli, recoge las trayectorias de dichas experiencias y sus condiciones de producción ligadas “...por un lado, al reclamo social de democratización de las comunicaciones y la voluntad de construcción de nuevos espacios de participación; y por el otro, al largo proceso de centralización del poder de emisión originado en las políticas de los sucesivos gobiernos democráticos...” ; también cabe destacar el bajo costo de algunos equipos que posibilitó el uso de medios personales, por ejemplo el caso de la videocámara analógica, hoy digital.
Por lo tanto, la historia de las otras televisiones se remonta a la experimentación que hace un grupo de radialistas de las tecnologías audiovisuales, a lo largo de tres años, para la autoconstrucción de un transmisor de bajo costo: “Fue casi como una cuestión especulativa: si podemos armar un transmisor de radio, ¿por qué no vamos a poder armar un transmisor de televisión?”, cuenta Ricardo Leguizamón, uno de los técnicos-vecinos que fundaron en 1987 la primera televisión comunitaria, Canal 4 de Alejandro Korn.
La experiencia viral se expandió a otras ciudades del interior del país, alcanzando su punto máximo hacia 1992 dando vida a 250 canales nucleados en la Asociación Argentina de Teledifusoras Comunitarias (AATECO). La estrategia del movimiento era no sólo la creación de una nueva ley de radiodifusión, sino el reclamo legítimo de licencias -por servicio complementario- y la exigencia de la libertad de expresión que emanaban del artículo 14 de la Constitución Nacional y de los pactos internacionales firmados por la Argentina: la Convención Americana de DDHH y el Convenio de Nairobi.
El movimiento era muy heterogéneo, lo constituían desde emprendimientos comerciales hasta proyectos políticos clientelares, pasando por experiencias sociales de autoorganización vecinal con metas en lo comunitario y/o en el uso experimental del soporte. Claramente, dichos proyectos televisivos representaban diferentes tradiciones y tendencias políticas, situación que terminó, de una parte, en procesos de institucionalización, cooptación por parte del aparato político tradicional y comercialización y de otra parte, en proyectos políticos autónomos donde el eje estaba puesto en el rol social y comunitario que asumía la televisión alternativa o comunitaria para vecinos/as del barrio.
Canal 4 Utopía en el aire
El canal 4 Utopía de Capital Federal fue una de las experiencias más representativas de la tendencia comunitaria del fenómeno de las televisiones de baja potencia. El proyecto se mantuvo al aire durante siete años entre 1992 y 1999, pasando por varias sedes de transmisión, infinidad de persecuciones, 14 allanamientos con decomisos de equipos y un constante reflujo de vecinos/as y colectivos de personas que participaron diariamente en la producción y emisión de cada salida al aire, desafiando permanentemente a los entes reguladores, pero contando con un apoyo barrial que legitimó la experiencia como propia.
En el origen de este proyecto televisivo estaba la experiencia en el Brasil vivida por uno de sus integrantes fundadores, Fabián Moyano. Tv Viva fue una televisión itinerante que mediante talleres de alfabetización audiovisual enseñaban, a las comunidades indígenas, a filmar, editar y producir documentales, luego proyectados en las plazas públicas de cada población.
Inspirado en aquella experiencia y con el deseo de continuarla, Fabián, junto a un grupo de amigos, hizo una primer experiencia en Fuerte Apache y luego dio vida al Canal 4 de Ciudadela en 1988. Después de ejercitar un canal ambulante, el grupo se asienta definitivamente en el barrio de Caballito consolidando Canal 4 Utopía. El área de cobertura cubría Parque Chacabuco, Mataderos, Liniers, Devoto –incluyendo como televidentes participantes a los presidiarios de la cárcel- y parte de la zona oeste del conurbano bonaerense de La Matanza y Morón.
Lo comunitario de Utopía residió en un tipo de organización abierta y participativa al barrio donde la toma de decisiones, el uso de los aparatos y las temáticas abordadas en la programación intentaban diluir la relación –históricamente asimétricas- entre productor y receptor de la comunicación. El sujeto de la comunicación ya no consumía el espectáculo hecho mercancía, sino que era parte del juego suntuoso y festivo entre producción, gestión y disfrute de la programación. Y si bien siempre hubo un grupo de gestión, las asambleas y las llamadas telefónicas –sin censura- constituían las herramientas más democráticas de acceso a la participación en el canal. El contenido de la programación reflejaba y se identificaba con los gustos estéticos y temáticos de quienes hacían y participan en el canal. El noticiero era “lo primordial”, porque mostraba lo que estaba pasando; Línea erótica era un ciclo de cine elegido por los presidiarios de la cárcel de Devoto – vía votación telefónica; Kaos era un programa de música y “respondía a todos los pedidos de la gente”, e invita a bandas independientes para hacerse conocer y sometía a votación del televidente los videos clips; Mameluco, conducido por dos maestras jardineras, le daba el espacio a los más chiquitos, quienes participaban del programa en vivo y de la elección de películas y dibujos animados, “haciendo un programa para chicos y no para tontos”; El Instinto Verde, cine de terror, conducido por un joven de 14 años; Shock era un ciclo de trailers que “empezaba con un poquito de sangre como para incentivar al público”.32 En general la programación quedaba librada al placer de quienes hacían y miraban Canal 4 Utopía.
El final de Utopía llegó en 1999 cuando luego del fallecimiento de uno de sus participantes –quien tenía el saber técnico- y frente a un proceso de agotamiento del proyecto colectivo, la CNC secuestró el último transmisor de Utopía, no pudiendo volver jamás al aire.
Piquete en el aire
Tras veinte años de experiencia acumulada en canales de baja potencia, vuelven a resurgir proyectos de televisión que, ahora, insertados en organizaciones y colectivos sociales se reapropian de los medios técnicos y del lenguaje audiovisual para intentar explorar la creación de otra televisión.
En este recorrido avanza la experiencia itinerante de la Tv Piquetera que, desde el año 2002, y mediante un piquete-sabotaje en el aire acompaña a diversas organizaciones en la recuperación de frecuencias del espectro radioeléctrico para transmitir sus experiencias comunitarias a los/as vecinos/as del barrio. El apoyo técnico de la Tv Piquetera tiene un claro objetivo político: promover, incentivar y desarrollar canales barriales de baja potencia en torno a proyectos sociales de carácter comunitario.
Uno de sus integrantes es Ricardo Leguizamón quien fue pionero y lideró con AATECO la lucha por la legalidad y legitimidad del funcionamiento de los canales de baja potencia. En la actualidad, la Tv Piquetera colabora con una televisión vecinal en San Vicente, Provincia de Buenos Aires y con las transmisiones ambulantes que realiza Abajo la Tv! por los barrios populares fronterizos de la Ciudad de Buenos Aires. “Esta propuesta está dirigida a todos los compañeros de las asambleas, trabajadores desocupados, centros culturales, empresas recuperadas, comedores, cooperadoras, escuelas y todas las otras formas de trabajo social organizados que hayan comprendido que no se puede cambiar este sistema, ni construir poder popular sin contar con medios que estén en nuestras manos en forma directa y sin intermediación de ningún radiodifusor,” expresa Leguizamón, brindando el uso de los aparatos técnicos de la Tv Piquetera –transmisor, cable coaxil, antena, monitor, cámaras de video, micrófonos y video casetera – para la coproducciones de una serie de transmisiones en conjunto con las organizaciones y luego que éstas se lancen a instalar autónomamente sus propios canales comunitarios.
La Comunitaria Tv de Claypole
En los inicios del 2003, en el barrio Don Orione de Claypole tres organizaciones sociales – el Galpón Cultural, el MTD de Claypole y vecinos autoconvocados 20 de diciembre- se lanzaron a la aventura de crear un canal comunitario. “Tenemos pensado hacer un canal de la comunidad con señal de aire para que después sea tomado por los vecinos organizados y no organizados” nos cuenta Rodolfo, uno de los integrantes del proyecto. Desde el colectivo periodístico Abriendo Caminos dichas organizaciones crearon un espacio de prensa en común a partir del cual articulan una política comunicacional en conjunto. Boletines informativos, programas en radios locales, emisiones especiales de radio abierta, la conformación de grupos de video y el proyecto de la televisión comunitaria son las herramientas comunicaciones a través de las cuales intentan “fortalecer los lazos solidarios entre la comunidad, mejor la comunicación entre los vecinos, y fomentar la participación popular en dichos medios”, expresan nuevamente Rodolfo.
Gracias a la propuesta y al apoyo técnico de la Tv Piquetera, la primera transmisión se realizó en una actividad cultural al aire libre el 24 de marzo del 2003 en repudio a la última dictadura militar. Luego con el apoyo del Grupo de arte callejero (GAC) trabajaron en la producción de la imagen de la televisión (logo, spots, separadores, y animaciones) y con la capacitación de Cine Insurgente y un curso en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo se formaron en manejo de cámara, edición y producción audiovisual. “Nuestro objetivo es montar un canal de televisión en un proceso de desarrollo y aprendizaje colectivo, con la participación de todo aquel que esté interesado en compartir el trabajo con nosotros,” acentúa Rodolfo.
En ese sentido, siguiendo con la propuesta de la Tv Piquetera acordaron la realización de 10 transmisiones –les restan 5 para este año 2005- con el objetivo de fortalecer el área de producción, y la autonomización en aparatos y recursos técnicos. Actualmente cuentan con una isla de edición, un reproductor de dvd, la cámara de un vecino, la torre y la donación de una antena y en las semanas sucesivas obtendrán un transmisor propio. La televisión al ser un proyecto estrictamente autónomo y de carácter social no tiene la intención de generar ningún tipo de negocio económico, ni tampoco depender de subsidios estatales. La forma de financiamiento, si bien aspira a la autogestión, hasta ahora lo han hecho mediante aportes individuales, ayuda solidaria, venta de dvd de las producciones audiovisuales y mucho trabajo voluntario.
Durante todo el año 2004 han realizado las primeras cinco transmisiones de dos horas cada una. El contenido de la programación ha sido variado y rico en recursos (spot, animación, documentales, publicidades gratuitas de emprendimientos vecinales, entrevistas y actividades en vivo). Cada emisión es dedicada a un derecho social básico: educación, salud, trabajo, vivienda y comunicación, de acuerdo a lo que las organizaciones sociales consideran pertinente como problemática a desarrollar en su comunidad y frente a las necesidades vecinales.
Uno de los próximos pasos de La Comunitaria Tv es poder desarrollar talleres de capacitación y formación en video y fotografía, en primera instancia, con las personas que están actualmente dentro del proyecto, para luego poder transmitir dichos conocimientos y saberes técnicos a vecinos/as de la comunidad que quieran participar del canal.
TV Libre La Matanza
“El Movimiento de Documentalistas y el Movimiento de Trabajadores Desocupados -MTD- La Matanza tienen la satisfacción de comunicar que este 25 de mayo de 2005, en el barrio La Juanita, se realizará el lanzamiento y prueba piloto de audio y video del Canal 21 - TVLibre Televisora Comunitaria de La Matanza.”
Este comunicado expresa, al igual que el resto de las experiencias, el deseo y la necesidad que tiene la comunidad de La Juanita en Matanza de ser sujeto activo en la producción comunicativa.
Inspirado en la experiencia de las televisiones comunitarias de Venezuela, y luego de dos años de capacitación y formación documental junto al Movimiento de Documentalistas, el MTD de La Matanza apuesta a la construcción de un canal de aire público, democrático, libre y abierto a la comunidad vecinal. "Queremos un canal de la comunidad y si la comunidad no lo toma, no habrá canal”, afirma convencido Jorge, integrante del MTD. Y si bien la idea inicial surge de la organización de trabajadores desocupados, la propuesta de un canal comunitario incluye la participación vecinal activa en la concreción de los programas. “La primera transmisión fue en circuito cerrado, pero si hay una comunidad que lo sostenga el canal va a ser abierto,” sostiene Vilma, quien forma parte del proyecto. Inicialmente la programación incluirá entrevistas y coberturas de las noticias locales, pero apuestan a una “programación abierta a todos los que quieran tener un programa,” enfatiza nuevamente Jorge.
La TVLibre La Matanza hizo su primera emisión -en circuito cerrado- el pasado 25 de mayo invitando, ese mismo día y mediante una lista abierta, a lxs vecinxs del barrio a sumarse a la producción y ejecución del futuro canal. La transmisión duró una hora, hubo documentales y un video autoproducido por el MTD, “La realidad que construimos”, que narra la historia de la cooperativa La Juanita y los proyectos productivos que desarrollaran a través del Centro de Educación para la Formación de Cultura Comunitaria (CEFFOC).
El proyecto de la televisión comunitaria en Matanza recién comienza sus primeros pasos. Actualmente, con el apoyo del Movimiento de Documentalistas están desarrollando los talleres de capacitación para TVLibre –uso de cámara, guión y edición- con los/as vecinos/as que se fueron sumando a la propuesta el día de la emisión. Con respecto a la cuestión legal, se están asesorando para lograr un permiso oficial de emisión –situación prohibida por la actual ley de radiodifusión para proyectos cooperativos como el caso de La Juanita. En materia de equipos y aparatos y asesoramiento técnico, están buscando diferentes vías de financiamiento, mientras utilizan los recursos técnicos y humanos del Movimiento de Documentalistas, además de contar con una cámara de video propia y mucho trabajo voluntario.
El proyecto es nuevamente utópico y ambicioso, pero como afirma jorge, “la necesidad de comunicar existe y es muy grande...las radios en los barrios se llenan de programación en seguida, y es gente del barrio, entonces por qué no va haber gente para hacer una tele.”
Fuente: http://www.revolutionvideo.org/agoratv/sobre_latv.html#_ftnref3#_ftnref3
Por María Cecilia Fernández
Las otras televisiones narran las historias de aquellos colectivos de personas que en Argentina se lanzaron a la aventura de construir canales de baja potencia promediando los años 80. Criminalizadas y estigmatizadas por ser experiencias “ilegales”, “piratas” y “clandestinas”, las televisiones alternativas, ejercitaron una práctica comunicacional que cuestionó la privatización del espectro radioeléctrico y el modelo unidireccional de la televisión de masa -comercial y estatal. Hoy, luego del agotamiento de aquel fenómeno y bajo un contexto socio-político distinto, pero igual en materia de política comunicacional, surgen proyectos comunitarios e itinerantes de televisión que desafían, una vez más, el poder de crear canales autogestionados por colectivos sociales que apuestan al uso alternativo de los medios técnicos para poner al aire sus propias imágenes audiovisuales. La utopía del canal 4 que transmitió durante siete años en la Ciudad de Buenos Aires, se reactualiza con las experiencias de la TV Piquetera, La Comunitaria Tv de Claypole y TV Libre de La Matanza.
Imágenes de baja potencia
Hacia fines de los años ‘80 proliferaron por todo el territorio nacional unas 3000 emisoras radiales y se crearon en Buenos Aires los primeros canales de televisión de baja potencia. Canal 4 de Alejandro Korn, Guernica, Avellaneda y Canal 5 de Lanús, Moreno, Tigre, Ciudadela, Morón, Adrogué, Villa Lugano y Castelar compartían un transmisor casero de 4 vatios y ejercitaban el derecho al uso de frecuencias en la banda VHF (del canal 2 al 13) que, sin autorización, ampliaban y democratizaban desde abajo el poder de la emisión. La mayoría de estas experiencias fueron criminalizadas por parte del COMFER y la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), sufriendo persecuciones, decomisos y allanamientos al no obtener jamás las licencias que dichos entes exigían -y a la vez nunca otorgaron- además, de la discriminación legal actual -vigencia de la ley de radiodifusión 22.285 promulgada en la última dictadura militar- que niega la posibilidad de crear medios cooperativos y/o sociales, sin fines comerciales.
El fenómeno televisivo de baja potencia surgió con la vuelta a la democracia siendo parte de un proceso de transformación político-social en la sociedad argentina. El imaginario colectivo reclamaba el uso de los medios para la creación de otro tipo de comunicación: participativa y democrática. En la investigación reciente, Una historia de espectros..., Natalia Vinelli, recoge las trayectorias de dichas experiencias y sus condiciones de producción ligadas “...por un lado, al reclamo social de democratización de las comunicaciones y la voluntad de construcción de nuevos espacios de participación; y por el otro, al largo proceso de centralización del poder de emisión originado en las políticas de los sucesivos gobiernos democráticos...” ; también cabe destacar el bajo costo de algunos equipos que posibilitó el uso de medios personales, por ejemplo el caso de la videocámara analógica, hoy digital.
Por lo tanto, la historia de las otras televisiones se remonta a la experimentación que hace un grupo de radialistas de las tecnologías audiovisuales, a lo largo de tres años, para la autoconstrucción de un transmisor de bajo costo: “Fue casi como una cuestión especulativa: si podemos armar un transmisor de radio, ¿por qué no vamos a poder armar un transmisor de televisión?”, cuenta Ricardo Leguizamón, uno de los técnicos-vecinos que fundaron en 1987 la primera televisión comunitaria, Canal 4 de Alejandro Korn.
La experiencia viral se expandió a otras ciudades del interior del país, alcanzando su punto máximo hacia 1992 dando vida a 250 canales nucleados en la Asociación Argentina de Teledifusoras Comunitarias (AATECO). La estrategia del movimiento era no sólo la creación de una nueva ley de radiodifusión, sino el reclamo legítimo de licencias -por servicio complementario- y la exigencia de la libertad de expresión que emanaban del artículo 14 de la Constitución Nacional y de los pactos internacionales firmados por la Argentina: la Convención Americana de DDHH y el Convenio de Nairobi.
El movimiento era muy heterogéneo, lo constituían desde emprendimientos comerciales hasta proyectos políticos clientelares, pasando por experiencias sociales de autoorganización vecinal con metas en lo comunitario y/o en el uso experimental del soporte. Claramente, dichos proyectos televisivos representaban diferentes tradiciones y tendencias políticas, situación que terminó, de una parte, en procesos de institucionalización, cooptación por parte del aparato político tradicional y comercialización y de otra parte, en proyectos políticos autónomos donde el eje estaba puesto en el rol social y comunitario que asumía la televisión alternativa o comunitaria para vecinos/as del barrio.
Canal 4 Utopía en el aire
El canal 4 Utopía de Capital Federal fue una de las experiencias más representativas de la tendencia comunitaria del fenómeno de las televisiones de baja potencia. El proyecto se mantuvo al aire durante siete años entre 1992 y 1999, pasando por varias sedes de transmisión, infinidad de persecuciones, 14 allanamientos con decomisos de equipos y un constante reflujo de vecinos/as y colectivos de personas que participaron diariamente en la producción y emisión de cada salida al aire, desafiando permanentemente a los entes reguladores, pero contando con un apoyo barrial que legitimó la experiencia como propia.
En el origen de este proyecto televisivo estaba la experiencia en el Brasil vivida por uno de sus integrantes fundadores, Fabián Moyano. Tv Viva fue una televisión itinerante que mediante talleres de alfabetización audiovisual enseñaban, a las comunidades indígenas, a filmar, editar y producir documentales, luego proyectados en las plazas públicas de cada población.
Inspirado en aquella experiencia y con el deseo de continuarla, Fabián, junto a un grupo de amigos, hizo una primer experiencia en Fuerte Apache y luego dio vida al Canal 4 de Ciudadela en 1988. Después de ejercitar un canal ambulante, el grupo se asienta definitivamente en el barrio de Caballito consolidando Canal 4 Utopía. El área de cobertura cubría Parque Chacabuco, Mataderos, Liniers, Devoto –incluyendo como televidentes participantes a los presidiarios de la cárcel- y parte de la zona oeste del conurbano bonaerense de La Matanza y Morón.
Lo comunitario de Utopía residió en un tipo de organización abierta y participativa al barrio donde la toma de decisiones, el uso de los aparatos y las temáticas abordadas en la programación intentaban diluir la relación –históricamente asimétricas- entre productor y receptor de la comunicación. El sujeto de la comunicación ya no consumía el espectáculo hecho mercancía, sino que era parte del juego suntuoso y festivo entre producción, gestión y disfrute de la programación. Y si bien siempre hubo un grupo de gestión, las asambleas y las llamadas telefónicas –sin censura- constituían las herramientas más democráticas de acceso a la participación en el canal. El contenido de la programación reflejaba y se identificaba con los gustos estéticos y temáticos de quienes hacían y participan en el canal. El noticiero era “lo primordial”, porque mostraba lo que estaba pasando; Línea erótica era un ciclo de cine elegido por los presidiarios de la cárcel de Devoto – vía votación telefónica; Kaos era un programa de música y “respondía a todos los pedidos de la gente”, e invita a bandas independientes para hacerse conocer y sometía a votación del televidente los videos clips; Mameluco, conducido por dos maestras jardineras, le daba el espacio a los más chiquitos, quienes participaban del programa en vivo y de la elección de películas y dibujos animados, “haciendo un programa para chicos y no para tontos”; El Instinto Verde, cine de terror, conducido por un joven de 14 años; Shock era un ciclo de trailers que “empezaba con un poquito de sangre como para incentivar al público”.32 En general la programación quedaba librada al placer de quienes hacían y miraban Canal 4 Utopía.
El final de Utopía llegó en 1999 cuando luego del fallecimiento de uno de sus participantes –quien tenía el saber técnico- y frente a un proceso de agotamiento del proyecto colectivo, la CNC secuestró el último transmisor de Utopía, no pudiendo volver jamás al aire.
Piquete en el aire
Tras veinte años de experiencia acumulada en canales de baja potencia, vuelven a resurgir proyectos de televisión que, ahora, insertados en organizaciones y colectivos sociales se reapropian de los medios técnicos y del lenguaje audiovisual para intentar explorar la creación de otra televisión.
En este recorrido avanza la experiencia itinerante de la Tv Piquetera que, desde el año 2002, y mediante un piquete-sabotaje en el aire acompaña a diversas organizaciones en la recuperación de frecuencias del espectro radioeléctrico para transmitir sus experiencias comunitarias a los/as vecinos/as del barrio. El apoyo técnico de la Tv Piquetera tiene un claro objetivo político: promover, incentivar y desarrollar canales barriales de baja potencia en torno a proyectos sociales de carácter comunitario.
Uno de sus integrantes es Ricardo Leguizamón quien fue pionero y lideró con AATECO la lucha por la legalidad y legitimidad del funcionamiento de los canales de baja potencia. En la actualidad, la Tv Piquetera colabora con una televisión vecinal en San Vicente, Provincia de Buenos Aires y con las transmisiones ambulantes que realiza Abajo la Tv! por los barrios populares fronterizos de la Ciudad de Buenos Aires. “Esta propuesta está dirigida a todos los compañeros de las asambleas, trabajadores desocupados, centros culturales, empresas recuperadas, comedores, cooperadoras, escuelas y todas las otras formas de trabajo social organizados que hayan comprendido que no se puede cambiar este sistema, ni construir poder popular sin contar con medios que estén en nuestras manos en forma directa y sin intermediación de ningún radiodifusor,” expresa Leguizamón, brindando el uso de los aparatos técnicos de la Tv Piquetera –transmisor, cable coaxil, antena, monitor, cámaras de video, micrófonos y video casetera – para la coproducciones de una serie de transmisiones en conjunto con las organizaciones y luego que éstas se lancen a instalar autónomamente sus propios canales comunitarios.
La Comunitaria Tv de Claypole
En los inicios del 2003, en el barrio Don Orione de Claypole tres organizaciones sociales – el Galpón Cultural, el MTD de Claypole y vecinos autoconvocados 20 de diciembre- se lanzaron a la aventura de crear un canal comunitario. “Tenemos pensado hacer un canal de la comunidad con señal de aire para que después sea tomado por los vecinos organizados y no organizados” nos cuenta Rodolfo, uno de los integrantes del proyecto. Desde el colectivo periodístico Abriendo Caminos dichas organizaciones crearon un espacio de prensa en común a partir del cual articulan una política comunicacional en conjunto. Boletines informativos, programas en radios locales, emisiones especiales de radio abierta, la conformación de grupos de video y el proyecto de la televisión comunitaria son las herramientas comunicaciones a través de las cuales intentan “fortalecer los lazos solidarios entre la comunidad, mejor la comunicación entre los vecinos, y fomentar la participación popular en dichos medios”, expresan nuevamente Rodolfo.
Gracias a la propuesta y al apoyo técnico de la Tv Piquetera, la primera transmisión se realizó en una actividad cultural al aire libre el 24 de marzo del 2003 en repudio a la última dictadura militar. Luego con el apoyo del Grupo de arte callejero (GAC) trabajaron en la producción de la imagen de la televisión (logo, spots, separadores, y animaciones) y con la capacitación de Cine Insurgente y un curso en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo se formaron en manejo de cámara, edición y producción audiovisual. “Nuestro objetivo es montar un canal de televisión en un proceso de desarrollo y aprendizaje colectivo, con la participación de todo aquel que esté interesado en compartir el trabajo con nosotros,” acentúa Rodolfo.
En ese sentido, siguiendo con la propuesta de la Tv Piquetera acordaron la realización de 10 transmisiones –les restan 5 para este año 2005- con el objetivo de fortalecer el área de producción, y la autonomización en aparatos y recursos técnicos. Actualmente cuentan con una isla de edición, un reproductor de dvd, la cámara de un vecino, la torre y la donación de una antena y en las semanas sucesivas obtendrán un transmisor propio. La televisión al ser un proyecto estrictamente autónomo y de carácter social no tiene la intención de generar ningún tipo de negocio económico, ni tampoco depender de subsidios estatales. La forma de financiamiento, si bien aspira a la autogestión, hasta ahora lo han hecho mediante aportes individuales, ayuda solidaria, venta de dvd de las producciones audiovisuales y mucho trabajo voluntario.
Durante todo el año 2004 han realizado las primeras cinco transmisiones de dos horas cada una. El contenido de la programación ha sido variado y rico en recursos (spot, animación, documentales, publicidades gratuitas de emprendimientos vecinales, entrevistas y actividades en vivo). Cada emisión es dedicada a un derecho social básico: educación, salud, trabajo, vivienda y comunicación, de acuerdo a lo que las organizaciones sociales consideran pertinente como problemática a desarrollar en su comunidad y frente a las necesidades vecinales.
Uno de los próximos pasos de La Comunitaria Tv es poder desarrollar talleres de capacitación y formación en video y fotografía, en primera instancia, con las personas que están actualmente dentro del proyecto, para luego poder transmitir dichos conocimientos y saberes técnicos a vecinos/as de la comunidad que quieran participar del canal.
TV Libre La Matanza
“El Movimiento de Documentalistas y el Movimiento de Trabajadores Desocupados -MTD- La Matanza tienen la satisfacción de comunicar que este 25 de mayo de 2005, en el barrio La Juanita, se realizará el lanzamiento y prueba piloto de audio y video del Canal 21 - TVLibre Televisora Comunitaria de La Matanza.”
Este comunicado expresa, al igual que el resto de las experiencias, el deseo y la necesidad que tiene la comunidad de La Juanita en Matanza de ser sujeto activo en la producción comunicativa.
Inspirado en la experiencia de las televisiones comunitarias de Venezuela, y luego de dos años de capacitación y formación documental junto al Movimiento de Documentalistas, el MTD de La Matanza apuesta a la construcción de un canal de aire público, democrático, libre y abierto a la comunidad vecinal. "Queremos un canal de la comunidad y si la comunidad no lo toma, no habrá canal”, afirma convencido Jorge, integrante del MTD. Y si bien la idea inicial surge de la organización de trabajadores desocupados, la propuesta de un canal comunitario incluye la participación vecinal activa en la concreción de los programas. “La primera transmisión fue en circuito cerrado, pero si hay una comunidad que lo sostenga el canal va a ser abierto,” sostiene Vilma, quien forma parte del proyecto. Inicialmente la programación incluirá entrevistas y coberturas de las noticias locales, pero apuestan a una “programación abierta a todos los que quieran tener un programa,” enfatiza nuevamente Jorge.
La TVLibre La Matanza hizo su primera emisión -en circuito cerrado- el pasado 25 de mayo invitando, ese mismo día y mediante una lista abierta, a lxs vecinxs del barrio a sumarse a la producción y ejecución del futuro canal. La transmisión duró una hora, hubo documentales y un video autoproducido por el MTD, “La realidad que construimos”, que narra la historia de la cooperativa La Juanita y los proyectos productivos que desarrollaran a través del Centro de Educación para la Formación de Cultura Comunitaria (CEFFOC).
El proyecto de la televisión comunitaria en Matanza recién comienza sus primeros pasos. Actualmente, con el apoyo del Movimiento de Documentalistas están desarrollando los talleres de capacitación para TVLibre –uso de cámara, guión y edición- con los/as vecinos/as que se fueron sumando a la propuesta el día de la emisión. Con respecto a la cuestión legal, se están asesorando para lograr un permiso oficial de emisión –situación prohibida por la actual ley de radiodifusión para proyectos cooperativos como el caso de La Juanita. En materia de equipos y aparatos y asesoramiento técnico, están buscando diferentes vías de financiamiento, mientras utilizan los recursos técnicos y humanos del Movimiento de Documentalistas, además de contar con una cámara de video propia y mucho trabajo voluntario.
El proyecto es nuevamente utópico y ambicioso, pero como afirma jorge, “la necesidad de comunicar existe y es muy grande...las radios en los barrios se llenan de programación en seguida, y es gente del barrio, entonces por qué no va haber gente para hacer una tele.”
Fuente: http://www.revolutionvideo.org/agoratv/sobre_latv.html#_ftnref3#_ftnref3
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